Al abrir el libro y empezar a leer las primeras páginas se me hizo muy cuesta arriba y bastante aburrido. Su manera de escribir, un tanto especial me costaba mucho de entender y ya no hablemos de conectar con el libro, un esfuerzo en vano. Me empecé a acostumbrar al libro y me di cuenta de que lo importante no era el modo de expresar las cosas de Daniel Pennac, sino lo que contaba y transmitía.
Lo particular de este libro y lo que lo hace especial es que está escrito desde la perspectiva del zoquete, cosa que hasta ahora no había visto. Muchos autores hablan de como tratar un mal alumno y poder encaminarlo al buen camino, pero siempre basándose en teorías que hablan sobre ello y escritos por alumnos ejemplares en la infancia.
Esto ha sido lo que más me ha llamado la atención y lo que más me ha aportado, ya que me he podido adentrar en el mundo del zoquete. En el colegio tuve compañeros que no hacían nada, eran auténticos zoquetes y malamente alguna vez me he podido reír de sus comentarios estúpidos. Yo pensaba que si no hacían los deberes y molestaban en clase, mejor que estuvieran fuera y que volvieran a parvularios a reeducarse, pero a partir de la lectura de este libro me he dado cuenta que detrás de ese zoquete hay una persona que tiene problemas y pide a gritos silenciosos que le atiendan y le ayuden, que detrás de esa persona y esos deberes en blanco, hay una frustración por haber estado durante horas detrás de un escritorio y no haber conseguido llevarlos a cabo, como nos muestra Pennac en el libro.
Recuerdo que cuando el profesor preguntaba cosas simples y que llevaba toda la semana repitiendo y alguien no sabía responder o lo hacía de manera incoherente, pensaba, pero si lleva toda la semana diciendo lo mismo, deja de llamar la atención. Nunca intenté comprender a estas personas, que eran mis amigos y con la lectura de este libro he comprendido que el problema viene de otro lado y es es más grave de lo que pensaba. Me he identificado con otras partes del libro, como cuando dice que los alumnos de Pennac competían por ver quien recitaba un poema determinado; en mi caso es un poco diferente, pues en clase competíamos por ver quien podía recitar de memoria el temario de economía; es bastante diferente por muy parecido a la vez puesto que he podido visualizar aquel momento mientras leía el libro.
Me gustaría resaltar una parte del libro que me ha llamado la atención y me ha hecho reflexionar sobre la educación del siglo XXI. Dice que a Pennac le salvaron los libros de estancarse en el mundo del zoquete. En su casa leían mucho, no obstante el empezó a leer porque estaba prohibido, y de ahí que estuviera mal visto. Se creó un mundo "paralelo" al mundo real, un mundo prohibido. Los zoquetes del siglo XXI ya no leen, puesto que leer está bien visto y buscan un refugio en otro mundo prohibido, como la delincuencia, las drogas, vandalismo, etc. Se crean un mundo que a su pesar les salvará de su situación o que simplemente se evaden de la realidad que tanto les atormenta, pero este mundo no podrá salvarlos y seguirán a pesar de todo siendo zoquetes incluso llegar a algo peor. ¿Crees que si leer estuviera prohibido a día de hoy los cranc buscarían un mundo de lectura o seguirían el mal camino? ¿Crees que hoy en día hay más delincuencia y drogas que hace veinticinco treinta años y por eso buscan refugio en este mundo, o la delincuencia y las drogas siempre han estado en igual medida?, ¿Crees que la cultura y la sociedad tiene que ver en esto?
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